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Queremos tanto a Pattinson

Foto del escritor: Carlos Andrés CazaresCarlos Andrés Cazares

Actualizado: 13 abr 2022


Facebook Oficial - The Batman Movie ®


La más reciente cinta The Batman, dirigida por Matt Reeves, logró demostrar que todo anda mal con el público de las redes sociales. Desde el anuncio de una nueva película del murciélago, en Twitter, Reedit y otras. criticaron con toda fiereza la elección de Robert Pattinson como el nuevo Bruce Wayne, incluso dijeron que era preferible continuar con Ben Affleck. [En su pantomima del DCU de Zack Sneyder]. De Pattinson dijeron que era mal actor, que no podría personificar ninguna versión del murciélago y que incluso era la peor elección desde George Clooney. ¿Todo bien en casa? ¿Estamos en el momento en que hay exceso de opiniones? En algunas redes se podían leer algunos puntos de vista desdeñosos, unos mejor sustentados unos que otros, pero no por ellos lógicos. Algunos pasaron por falacias y otros simplemente por improperios de fan energúmeno.


Sin embargo, todo esto cambió de repente. En su primera semana de The Batman logró recaudar a nivel internacional $200 millones de dólares, cifra que ha tenido reducciones mínimas durante los días consecutivos, puesto que en su segunda semana ya había alcanzado 66,6 millones en 75 mercados, tan solo -46% desde la apertura. La película ha recibido grandes ovaciones. El público la aclama, mientras que Youtube, Discord y cientos de blogs se llenan de contenidos sobre su magnificencia, alusiones a teorías futuras y la constante comparación con otras sagas de películas y comics. Este artículo no ahondará sobre ello, pero no está de más traer a colación las referencias que más destacan en estos sitios, como los homenajes a David Fincher (Seven, Zodiac), Martin Scorsesse (Taxi Driver), Noirs de los setenta como Chinatown de Polansky y por supuesto, las tan aclamadas sagas comiqueras del propio Batman: Año Zero y Largo Halloween. Contribuciones que el mismo Reeves ha dicho, tomó como referencia.



Este breve texto es una suerte de defensa por la obra de Matt Reeves y Robert Pattinson, el primero fuertemente criticado por su trayectoria y el segundo ninguneado por haber hecho una zaga de vampiros de medio pelo, que, aunque lo fue, ha sacado dos grandes actores como Kristen Stewart y el propio Pattinson.


El director que nadie esperaba


La filmografía de Reeves habla por sí sola, y para quienes no la han visto, su The Batman está plagada de auto-referencias, uno de los más claros, el que se hace a Dawn of the Planet of the Apes (2014). La construcción del guion es similar a la de Batman, ya que goza de la puesta en tensión de un dicotomía moral humana. Reeves en ambas películas enfrenta al espectador y lo obliga a tomar partido por el villano y/o el protagonista. Invita a sopesar las razones de ambos y descubrir la delgada línea entre lo que es y no correcto. Además de esta clara referencia, el manejo de la ciencia ficción que realizó el director en obras anteriores como Cloverfield (2008) le dan un punto de partida para construir a Gotham como un mundo plausible, distópico entre lo real. Los planos y secuencias que hace de la ciudad en medio de la lluvia y la gente desesperada cuando el caos se desata, no es más que el resultado del aprendizaje y el manejo de este tipo de cine.


Batman contra las redes sociales


En el mismo momento que ando escribiendo esto, el director canadiense David Cronenberg está cumpliendo años, 79 para ser exactos. Uno de los más grandes cineastas vivos. Su manejo crudo del audiovisual en contraposición del deterioro de la corporalidad humana le permitieron experimentar en filmes, que hoy son de culto, como Videodrome (1983), The Fly (1986) y Naked Lunch (1991), adaptación de la novela homónima del escritor beat William Burroughs. Cronenberg reescribió el género del horror y lo mezcló con la fragilidad del ser humano ante la influencia de la tecnología. Este grande del cine tiene como actor fetiche a Robert Pattinson. Ya ha protagonizado dos de sus filmes. Maps of stars (2014) y Cosmopolis (2012), esta última construida casi toda con Pattinson como único personaje. Dejándole al actor la responsabilidad de darle ritmo y soltura al filme, algo que logra con facilidad. Esta elección es catalogada como un giro en la carrera del actor, quien logró posicionarse para roles cada vez más retadores.


Por si fuera poco, uno de los directores de cine más aclamados, Christopher Nolan, antiguo director de las películas de Batman, que los espectadores aman y dicen nunca ser superadas, utilizó a Pattison para dar vida a un personaje en una de sus últimas películas, Tenet (2021) pese a que en esta el actor no tiene el rol principal, si comparte pantalla con John David Washington, como coprotagonista, entregando momentos de gran lucidez narrativa y actoral, que se combinaban con acrobacias propias de un filme de acción.


Facebook Oficial - Tenet ®


Este texto podría convertirse en un copia y pegue de las interpretaciones que ha hecho Robert Pattinson recientemente y que son extraordinarias. (Inserte aquí mención a High Life 2018 y The Lighthouse 2019), pero sería algo que para estas alturas ya está claro. Las críticas sobre este nuevo Batman estaban infundadas. El actor británico ya demostró su valía, sin embargo, es momento de revisar lo que está sucediendo con las redes sociales. Existen portales de crítica de cine y apreciación audiovisual que existen gracias a estos medios y que realmente tienen una gran valía, no obstante, el cúmulos de voces insurrectas que parecieran no tener mayor intención que la búsqueda de un like y la pertenencia a una comunidad sea la que fuese, está dañando el poco rastro de cultura que tiene el entretenimiento cinematográfico hoy en día. Está claro que The Batman es un Blockbuster y que no tiene otras intenciones discursivas, pero esta misma desidia con la que se atacó su producción va en detrimento de próximas películas, de cualquier índole, que terminarían por diluirse gracias a un ataque falaz.


Tenemos un poco de Theodor Adorno, diciendo que la reproducción cinematográfica puede llevar a la politización del discurso de la obra de arte, en tanto película, para argumentar su existencia masiva y también popular, poniendo en palabras y llevando a la gente un discurso que trascienda lo ficcional y también lo real. Una política de la ficción por la ficción para entendernos, no olvidar que la construcción de relatos y universos es nuestro mecanismo de conocerlo todo.

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